Por José I. Alameda Lozada Ph.D.
Economista
La crisis climática nos está matando. Está socavando no sólo la salud de nuestro planeta, sino la salud de las personas en todo el mundo, a través de la contaminación atmosférica tóxica, la disminución de la seguridad alimentaria, los mayores riesgos de brotes de enfermedades infecciosas, el calor extremo récord, la sequía, las inundaciones y mucho más.
António Guterres, Secretario General de la ONU.
¡Qué calor! La NASA nos dice recientemente que esta ola de calor “no es ninguna sorpresa y va a continuar”. El director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, Gavin Schmidt, argumenta que durante las últimas cuatro décadas hemos experimentado un aumento de las temperaturas en cada una de ellas. Añade que este pasado junio de 2023 fue el junio más cálido jamás registrado y anticipan que julio será probablemente el julio más caluroso.
Esta ola de calor ha sido considerada como la causa de muerte en el mundo. Más de 350,000 personas mueren cada año en el mundo por el calor extremo. Este tipo de muertes, producidas por la exposición a altas temperaturas, han aumentado un 68% solo durante los últimos cinco años, entre 2017 y 2021 , en comparación con 2000 al 2004.
Como economista me percato de los cambios en el patrón de consumo (incluye el consumo de energía eléctrica) y de la producción de bienes y servicios; los ajustes en la jornada de trabajo, en la agricultura y de las horas destinadas a la recreación, entre otras muchas actividades, son resultado de la infernal ola de calor. Estudios consultados nos indican que el calor puede afectar hasta los sistemas políticos, al concluir que se registra un aumento del 3.1% de mayores posibilidades de que se produzca un golpe de Estado.
El clima y sus cambios causan que ninguna economía escape de los efectos positivos o perversos del clima y sus efectos. Pero, ¿cómo se refleja este cambio climático en la economía y en especial en Puerto Rico?
En el caso de Puerto Rico, estudios del National Climate Assessment para Puerto Rico muestran que la cantidad de días con temperaturas por encima de los 90 grados Fahrenheit se han incrementado a una razón de 0.5 días por año entre 1970 y 2015. En promedio, cada dos años entre 1970 y 2015 se añadió un día más con temperaturas por encima de 90°F (32°C).
Entre octubre de 2021 y septiembre de 2022, un análisis llevado a cabo por Climate Central estima que las altas temperaturas registradas en San Juan durante 256 de los 365 días (¡70 por ciento del año!), son entre tres y cinco veces más probables debido al cambio climático.
Veamos lo que nos dice la literatura sobre los efectos del calor extremo:
El calor extremo puede afectar el crecimiento económico: Las investigaciones en EE.UU han encontrado que los estados tienden a crecimiento a un ritmo menor en los veranos más calurosos. El crecimiento cae entre 0.15 a 0.25 puntos por ciento por cada grado Fahrenheit. Una investigación llevada a cabo por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y publicada por American Economic Journal, llega al resultado de que, por cada grado de aumento en la temperatura media, el PIB se reduce en un 1.3%.
No tenemos estudios para el caso de Puerto Rico, pero no dudamos que algún efecto pueda generarse en la medida que la demanda de energía aumenta, pero las empresas a cargo de la generación y distribución han sido incapaces de solventar la demanda máxima, y los apagones son la orden del día.
El calor extremo puede afectar la productividad laboral, en especial, aquellas industrias al aire libre. Los trabajadores agrícolas, en la construcción, y otras similares, deben procurar alta hidratación, tiempos de reposos mayores y evitar efectos en las vías respiratorias para aquellos que padecen asmas y otras asociadas a su sistema respiratorio.
El calor extremo puede afectar los rendimientos de las cosechas:
Los cultivos que se afectan más por el calor extremo son el maíz, la soja y el algodón. Estas reducciones de rendimiento podrían ser costosas para la agricultura en general. Por ejemplo, un estudio reciente determinó que 2 grados centígrados más de calentamiento global eliminarían los rendimientos de un acre promedio de tierra de cultivo en el este de Estados Unidos. Mientras tanto, la superficie global terrestre afectada por sequías extremas ha crecido un 29% entre 2012 y 2021.
El calor extremo puede afectar el aprovechamiento escolar:
Un impacto del calor en la economía a largo plazo está en la capacidad de aprendizaje de los niños y niñas, y por tanto en los ingresos futuros. Las investigaciones han demostrado que el clima caluroso durante el año escolar reduce los resultados de los exámenes. Las puntuaciones en matemáticas disminuyen cada vez más a medida que la temperatura supera los 21 C (70 F). Las puntuaciones en lectura se resienten más con las altas temperaturas, lo que, según esta investigación, es coherente con la forma en que las diferentes regiones del cerebro responden al calor.
El calor aumenta el consumo de energía y derivados:
Un estudio de 2011 descubrió que un solo día extra con temperaturas superiores a los 90º F aumenta el uso anual de energía en los hogares en un 0.4%. Investigaciones más recientes muestran que el uso de energía aumenta más en los lugares que tienden a ser más calurosos, probablemente porque más hogares tienen aire acondicionado.