Por Miguel Díaz Román
La existencia de dos grupos de fallas sísmicas activas que apenas han sido investigadas, revelan la tenebrosa realidad de que en cualquier momento la isla puede ser víctima de un terremoto de mayor magnitud cuyos efectos pueden catastróficos debido a que miles de propiedades con más de 30 años desde que fueron construidas no han sido rehabilitadas porque no existen leyes ni reglamentos que impongan esa obligación.
La información surgió durante la celebración del foro ¿Colapsan condominios y edificios?, celebrado la pasada semana en San Juan por la Cámara de Comercio.
La revelación sobre la existencia de las fallas sísmicas la realizó el doctor José A. Martínez Cruzado, profesor del Departamento de Ingeniería Civil, especializado en ingeniería estructural sísmica, en el Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico.
La isla está ubicada en una zona de en el Caribe de alta actividad sísmica, pero la existencia de las fallas recientemente descubiertas ha disparado las alarmas porque los sismos se originan en las fallas y fue necesario revisar los espectros de energía sísmica que debe considerar un ingeniero a la hora de diseñar una estructura, según explicó Martínez Cruzado.
El foro, que fue coordinado por la corredora de seguros Edna Vázquez Bonnet, es parte de un esfuerzo para establecer en Puerto Rico un Código de Mantenimiento que obligue a los dueños de propiedades a rehabilitar sus estructuras. La actividad tuvo como marco de referencia los sismos acontecidos en el suroeste de la isla en 2020 y 2021 y el colapso del edificio Champlain Towers South, ocurrida en 2021 en el sector Surfside en Florida, y en el que fallecieron trágicamente 98 residentes del condominio.
El caso del edificio Champlain Towers South es de singular significado para la iniciativa de establecer en el país un Código de Mantenimiento porque el colapso obedeció a la renuencia de la Junta de Directores para realizar unas obras de rehabilitación urgentes en los cimientos del edificio.
No obstante, en el sector Surfside las inspecciones reglamentarias demostraron graves deficiencias porque se debían efectuar cada 10 años después de que las estructuras cumplieran 40 años desde que fueron construidas. El edificio Champlain Towers South, construido en 1981, iba a alcanzar la edad de 40 años en 2021. De hecho, las únicas inspecciones requeridas antes de que los edificios cumplieran 40 años, iban dirigidas a garantizar que los propietarios cumplieran con los permisos individuales.
Dos grupos de fallas
Aunque los dos grupos de fallas sísmicas han estado en la isla por una cantidad indeterminada de años, para los estudiosos constituyen en realidad fenómenos relativamente nuevos, sostuvo Martínez Cruzado.
El primero de ellos es una falla sísmica que se extiende por más de veintena de pueblos, en un surco diagonal que comienza en Guayama y Salinas y alcanza municipios como Añasco y posiblemente Aguada, Aguadilla y Adjuntas. De hecho, Martínez Cruzado sostuvo que esa falla tiene tres ramificaciones a partir de Adjuntas. La primera de ellas alcanza los pueblos de Aguada y Aguadilla; la segunda los pueblos de Lares, Las Marías y Añasco y la tercera se extiende hacía Mayagüez y discurre hasta Cabo Rojo.
El segundo grupo de fallas se comienza a registrar en la bahía de Boquerón y discurre hacía la bahía de Guánica y la de Guayanilla.
“En abril delineamos ocho sitios y de esos seleccionamos cuatro para investigar y descubrimos que son segmentos de fallas sísmicas. Que no es una sola falla que entra por la bahía de Boquerón sino muchas pequeñas fracturas que están activas porque registramos sismos en esa zona continuamente. Esas fallas llevan muchos años allí, pero son nuevas para nosotros porque no se habían descubierto y no han sido investigadas a profundidad”, dijo Martínez Cruzado.
Indicó que otra falla que no ha sido investigada es la conocida como Falla de Punta Montalva, ubicada en la región de Montalva en Guánica y que discurre desde Bahía Montalva, hasta Ensenada Las Pardas y luego dividiendo el Bosque Seco de Guánica.
Iniciativa de ayuda a los ingenieros
Esta falla se considera como una posible ramificación de la Falla de Lajas, la cual sí fue investigada y los resultados fueron incorporados en el mapa de peligrosidad sísmica que patrocina el Servicio Geológico de los Estados Unidos. Gran parte de los sismos acontecidos en 2020 y 2021 en el suroeste de la isla están relacionados con la Falla de Lajas y la Falla de Punta Montalva. De hecho, la Falla de Punta Montalva será investigada a principios del 2024.
La última actualización de los mapas de peligrosidad sísmica ocurrió en 2003. Por mandato del Congreso los mapas se deben actualizar en 2025, lo que implica que estas fallas deben ser investigadas por medio de excavaciones y de análisis de carbono 14 para determinar si están activas y la edad de la falla. No obstante, al no estar en los mapas de peligrosidad sísmica implica que la planificación de construcciones en esas zonas no considera la capacidad destructiva de las fallas.
Martínez Cruzado indicó ante esa realidad y debido al proceso tedioso que exige el Servicio Geológico para incluir las fallas en los mapas de peligrosidad sísmica, en el recinto de la UPR en Mayagüez se decidió hacer los cálculos sobre la capacidad destructiva de las fallas y ofrecerla a los ingenieros.
Ponce, el pueblo más afectado
“Los ingenieros no son sismólogos. Por esa razón en el recinto de Mayagüez desarrollamos en 2021 la metodología para establecer los espectros que consideran el efecto de esas fallas para que los ingenieros los puedan incorporar en sus diseños, porque sabemos que esas fallas están activas. En Ponce, que está más cerca de las fallas, se duplican las cargas. Si antes se debía diseñar para 10,000 libras ahora se debe diseñar para 20,000 libras. Ponce es el caso más grave que tenemos. En San Juan el aumento es como un 47 %”, explicó.
En 2022 la información fue compartida con el Colegio de Ingenieros, pero Martínez Cruzado dijo desconocer si se estaba utilizando.
El ingeniero sostuvo que durante la investigación de una falla se identifica su extensión y los diversos giros que toma, ya sea en la superficie o en la profundidad de la corteza terrestre.
También se determina la llamada razón de deslizamiento, que es la velocidad en que una placa tectónica se mueve en relación con otra, en la profundidad terrestre, y cuyo efecto en la superficie es precisamente una falla.
Además, es necesario determinar la aceleración, que comprende aquellos factores geológicos y de composición del terreno que facilitan el movimiento sísmico y afectan las estructuras.
Explicó que una de las características de las estructuras es la inercia, es decir, la resistencia de los cuerpos para cambiar su estado de reposo frente a una fuerza externa.
Estos términos también fueron abordados por los ex secretarios de Transportación y Obras Públicas, Carlos Pesquera y José M, Izquierdo, quienes tuvieron una destacada participación en el foro.
Desde 1987 se requiere ductilidad
De hecho, Pesquera marcó un antes y un después en 1987, cuando ya los códigos de construcción habían incorporado nuevas disposiciones para lograr que las estructuras fueran dúctiles, es decir, que ante un sismo los edificios fueran capaces de experimentar grandes deformaciones sin colapsar.
Martínez Cruzado indicó que para construir una estructura es necesario conocer la magnitud de velocidad que puede generar una falla, la distancia en que se encuentra la falla con respecto a la ubicación de la estructura y los factores de aceleración, tales como un suelo arenoso o atestados de rocas.
Otro aspecto revelador es que los lugares distantes al epicentro de un terremoto no están exentos de sufrir daños. Incluso, Martínez Cruzado indicó que, por el fenómeno de la aceleración y el efecto vibracional en los edificios, los residentes de San Juan no están del todo seguros si el epicentro de un sismo ocurre en un lugar muy distante.
Estar lejos del epicentro no garantiza nada
“En el terremoto de México de 1985 fue a 400 kilómetros de Ciudad de México y en allí se cayeron edificios que mataron 10,000 personas. Las aceleraciones en Ciudad México eran muy bajas, un 10 %, pero las ondas hicieron vibrar los edificios con su propio periodo de vibración y colapsaron un motón de ellos con un saldo de 10,000 muertos. Entonces, no porque el terremoto ocurra lejos implica que no habrá daño. De hecho, esos terremotos a cierta distancia pueden ser más severos. Los terremotos más cercanos afectan más a edificios de dos y tres plantas y si son lejanos les hacen daños a estructuras más altas. Básicamente es por el contenido de la frecuencia, el terreno se mueve de una manera diferente a medida que se va alejando del epicentro del terremoto”, dijo Martínez Cruzado.
“Sabemos que, si tenemos más aceleración debemos diseñar paredes más anchas, considerando el tipo de acero de las varillas y el tipo de hormigón para lograr mayor resistencia en la estructura”, agregó el ingeniero, quien advirtió sobre los efectos letales que tiene la modificación y eliminación de paredes de carga en condominios para lograr más espacio o por razones estéticas.
En el foro surgió que la Oficina de Gerencia de Permisos (OGPe) solicitó una prórroga en la Legislatura para cumplir con las disposiciones de la de la Resolución Conjunta de la Cámara de Representantes 201 (RCC 201), que ordena a la agencia acoger un código internacional de mantenimiento de estructuras y atemperarlo a las condiciones del país.
Los costos de la trajedia
Carlos Oquendo, quien es sub secretario auxiliar de OGPe y dirige el comité que tiene a cargo desarrollar el nuevo código de mantenimiento y su reglamento, indicó que aún falta por realizar una vista técnica y una vista pública, una encomienda que se deberá cumplir en los primeros meses del 2024. OGPe solicitó una prórroga luego de que no pudo culminar con todo lo dispuesto en la RCC 201 el pasado 7 de junio, cuando se cumplió un año desde que la medida fue firmada por el gobernador Pedro Pierluisi.
Timothy Fletcher, quien es vicepresidente de la empresa de reaseguro Gen Re Berkshire Hathaway Company y tuvo una participación estelar en el foro, reveló los astronómicos costos que en realidad causó la tragedia del condominio Champlain Towers, que en 2018 un informe de ingeniería identificó oxidación, hormigón deteriorado y un diseño defectuoso de la plataforma de la piscina cuyas reparaciones costarían $15 millones de dólares.
Tras el colapso, residentes y familiares de los 98 fallecidos radicaron una demanda en un tribunal de Florida, el cual logró un acuerdo de $1,020 millones para compensar a las personas que perdieron a familiares en el derrumbe del edificio. Alrededor de $100 millones irán a honorarios legales y $96 millones a los propietarios que perdieron una de las 136 unidades del edificio.
El dinero proviene de 37 fuentes diferentes, incluidas compañías de seguros, empresas de ingeniería y un condominio de lujo cuya reciente construcción al lado se sospecha que contribuyó al daño estructural de Champlain Towers South.
De hecho, el sustancial acuerdo alcanzado en el tribunal es uno de los eventos que han contribuido a elevar las pérdidas de determinadas aseguradoras, lo cual ha causado un alza en el costo del reaseguro. Como resultado del aumento en el reaseguro se ha registrado un incremento notable en las primas, restricciones en la cobertura de riesgos y la salida de algunas aseguradoras del estado de Florida.
Nuevas exigencias de inspección en Florida
Aún no existe una determinación oficial sobre qué causó el colapso del edificio y será para 2025 cuando el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) culminé su investigación de la tragedia.
La investigación dirigida por (NIST) trabaja en diversos escenarios diferentes que podrían explicar por qué el edificio de 12 pisos se derrumbó abruptamente la madrugada del 24 de junio de 2021. Aunque ya ha trascendido que la corrosión en las barras de refuerzo, la construcción deficiente y las graves fallas de la terraza de la piscina del edificio provocaron el colapso de la estructura.
Por su parte, el senador estatal Jason Pizzo, quien representa al sector Surfside y participó en el foro, promovió la aprobación de proyectos de ley que establecieron nuevos requisitos para las inspecciones de edificios y condominios.
Una de las medidas exige inspecciones para estructuras de tres pisos o más cada 30 años. Los edificios dentro de un radio de tres millas de la costa requerirían inspecciones 25 años después de su ocupación. También se ordenan inspecciones detalladas para atender problemas estructurales detectados por ingenieros o arquitectos. Además, las asociaciones de residentes de condominios deberán tener reservas financieras adecuadas para realizar las reparaciones y realizar estudios para determinar cuánto dinero se debe reservar.
Reaseguradoras avalan mantenimiento de estructuras
En Florida se aprobaron leyes para establecer restricciones a las llamadas demandas de “mala fe” contra aseguradoras y la creación de un fondo de $2,000 millones para proporcionar un reaseguro adicional a las aseguradoras de propiedad con dificultades para obtener cobertura en el mercado privado. Además, la legislación permitirá que las pólizas de seguro incluyan nuevos deducibles por daños en los techos.
Durante su participación en el foro Federick Millán, presidente de la aseguradora USIC Group, destacó la importancia de establecer un código de mantenimiento ante la realidad de que el mercado de reaseguro transita un período de alza en las primas causado por las pérdidas masivas a nivel mundial que enfrentado las reaseguradoras, las cuales ha sido provocadas principalmente por el cambio climático y el aumento en el costo de las propiedades.
Indicó que establecer un código de mantenimiento es un factor favorable que considerarán las reaseguradoras.
Lamentan ausencia del tema de erosión costera
El presidente de la aseguradora Mapfre, Alexis Sánchez Géigel, lamentó que el foro no hubiese atendido a profundidad el tema de la erosión costera, un problema que afecta de manera dramática los condominios costeros, especialmente aquellos ubicados en la zona turística que se extiende desde el Condado, en San Juan, hasta el sector Isla Verde en Carolina.
Jaime González Portilla, presidente de Antilles Insurance Company, insistió en la necesidad de que las juntas de condómines establezcan un fondo para lidiar con los inevitables deterioros que sufren las propiedades, el cual se deberá nutrir con una porción de los pagos mensuales de mantenimiento.
Luis Negrón, quien es vicepresidente de suscripción y reclamaciones de Mapfre, se pronunció a favor de atender el problema de la erosión costera y el efecto en las estructuras que tienen los distintos tipos de suelo. Negrón también destacó la conveniencia de las pólizas Bare Wall para condominios, en comparación con la póliza Full Value, que según dijo, convierte a los titulares “en rehenes” de las juntas de directores.
Destacan importancia de los deberes de fiducia
Marimar Pérez-Riera quien preside la Asociación de Titulares de Condominios, recordó que aunque no se radicaron cargos por negligencia contra los miembros de la junta de directores del condominio Champlain Towers por no atender a tiempo el problema en los cimientos de la estructura que habían sido señalados desde 2018, indicó que cada miembro de estos organismos tiene un deber de fiducia, lo cual los convierte en responsables de lo que ocurra en su condominio.
El ingeniero Emilio Colón, quien preside la empresa ECZ Group, trajo a discusión las diversas lagunas que aún perviven en la iniciativa de establecer el Código de Mantenimiento sobre cómo financiar las obras de rehabilitación, especialmente cuando son costosas y los residentes de la estructura carecen de los ingresos para atender esa responsabilidad.
De hecho, diversas voces clamaron durante el foro por la aprobación de un crédito en las contribuciones a la propiedad para los titulares cuyo condominio afronte obras de rehabilitación. Colón indicó que una alternativa es proveer préstamos de rehabilitación sin intereses a los consejos de titulares.
“¿Si el Consejo de Titulares de un condominio no aprueba una derrama para una obra de rehabilitación qué hacemos? ¿Los desalojamos?”, preguntó de manera retórica Colón ante un público que se mantuvo atento y silencioso, quizás una señal de que para los presentes aún faltan muchos asuntos fundamentales por atender en la iniciativa de establecer el Código de Mantenimiento para estructuras.