Por Miguel Díaz Román
En la medida que crece el rechazo contra los nuevos parámetros de calidad de leche impuestos por la Oficina para la Reglamentación de la Industria Lechera (ORIL), la Asociación de Agricultores (AA) ha optado por ignorar el decomiso de miles de litros de leche cruda que no cumplen con los nuevos requisitos pero que satisfacen las exigencias federales de grado A, lo que ha causado un grave diferendo casi generalizado entre los productores de leche quienes se quejan de pérdidas financieras y de ingresos insuficientes.
La situación amenaza con crear una crisis sin precedentes en la principal industria agrícola del país, porque los nuevos parámetros aumentan los costos de producción mientras el consumo de leche experimenta una merma considerable.
Como elemento agravante figura que la ORIL aún no ha concluido el Estudio Económico Exhaustivo (EEE) de la industria lechera, el cual es un requisito de la ley 34 de 1957 o Ley para Reglamentar la Industria Lechera. El estudio pretende determinar la ganancia justa para todos los integrantes de la industria lechera y se debe realizar cada cuatro años, pero no se ha efectuado por más de ocho años.
El presidente del Sector de Leche de la AA, Manuel Martínez Arbona, quien ha pregonado públicamente que la industria lechera experimenta una presunta estabilización, evitó responder a SN sobre el rechazo creciente entre el sector ganadero contra los nuevos parámetros de calidad impuestos por la ORIL.
Martínez Arbona respondió muy amablemente el teléfono cuando este periodista lo llamó, pero cuando se le pidió que opine sobre las pérdidas económicas que enfrentan los ganaderos por los decomisos de leche colgó el teléfono. Cuando se le llamó nuevamente optó por no responder el teléfono. Se espera que el Sector de Leche de la AA defienda exclusivamente los intereses de los ganaderos.
De hecho, fuentes de la industria sostienen que se está gestando un movimiento entre los ganaderos para sustituir a Martínez Arbona por una figura de liderato que defienda los intereses de los ganaderos.
Por su parte, el presidente de la AA, Héctor Cordero, quien con frecuencia oculta los graves problemas que enfrenta el sector ganadero en sus comparecencias ante los medios de comunicación, sostuvo que la posición de la AA sobre la crisis causada por los nuevos parámetros de calidad “es la que tome el Sector de Leche de la AA. Cuando el Sector de Leche diga algo pues yo lo diré”.
Más adelante Cordero incurrió en una contradicción, pues, a pesar de declarar que su posición sería la que tome el Sector de Leche de la AA, se pronunció a favor de los nuevos parámetros de calidad y declaró que los ganaderos son responsables de llevar a cumplimiento sus vaquerías.
Que hagan sus ajustes
“Yo como ganadero llevo 10 años bregando con ellos (los parámetros) y si hay ganaderos que han seguido pateando la lata es problema de ellos. Si hay ganaderos que no pueden cumplir pues que hagan los ajustes. Si hay descontento pues que hagan sus ajustes”, indicó.
El presidente de la AA reconoció que el cumplimiento con los nuevos parámetros representa más gastos para las vaquerías en atención veterinaria, en medicamentos y en programas de computadora para registrar el desempeño de cada una de sus vacas. “Yo pago $500 mensuales por ese programa y $150 a un veterinario para que me examine las vacas. Pagar eso es mejor que te boten un tanque de leche”, dijo Cordero.
Fundamentalmente, los nuevos parámetros buscan reducir los niveles de las llamadas células somáticas, cuya presencia en la leche indica la incidencia de una infección bacteriana en la glándula mamaria de la vaca, lo que disminuye la calidad de la leche.
Los nuevos parámetros inicialmente se establecieron en 2016 por medio de enmiendas al llamado reglamento 5 de Calidad de Leche de la ORIL. En 2020 el ex secretario de Agricultura, Carlos Flores Ortega, se opuso a la puesta en vigor de las enmiendas al reglamento 5 aprobadas en 2016, porque podrían ser perjudiciales a los ganaderos.
Alteradas las vaquerías con nuevos parámetros
El pasado 18 de julio entraron en vigencia nuevas enmiendas al reglamento 5 patrocinadas por el secretario de Agricultura, Ramón González Beiró, las cuales establecen nuevas normas para tomar las muestras de leche y permiten que la muestra que tome el chofer del camión de recogida de leche se tome como muestra oficial. El reglamento también dispone un calendario en tres fases para elevar el nivel de grasa en la leche de 3 % a 3.25 % en marzo de 2025.
Los nuevos parámetros han alterado las operaciones de todas las vaquerías del país porque requiere una vigilancia constante en el ganado para evitar la presencia de células somáticas y determinado nivel de bacterias, lo que ha incrementado los gastos en medicamentos y servicios veterinarios, mientras se han eliminado los incentivos para adquirir ganado de reemplazo, lo que provoca una merma en la producción y en los ingresos.
Cordero sostuvo que los nuevos parámetros surgen de una tendencia en la industria lechera mundial que pretende elevar la calidad de la leche y señaló que la regulación federal de leche grado A está obsoleta, porque permite altos niveles de células somáticas.
No obstante, se le planteó al presidente de la AA que el consumidor local desconoce que a la leche producida en Puerto Rico se le aplican criterios que exceden la regulación de grado A, lo cual podría constituir un aliciente para elevar el consumo.
Reglamento 5 es un dolor de cabeza
Sorpresivamente, Cordero sostuvo que “esas no son cosas que le incumben al consumidor. Estos son parámetros de calidad de la industria, pero eso no lo entiende el consumidor”, dijo.
La ganadera Patricia Galíndez, quien es la presidenta de la Asociación de Productores de Leche de San Sebastián, indicó que los problemas se incrementaron tras la aprobación de las enmiendas al reglamento 5 de Calidad de Leche, que el Departamento de Estado avaló su promulgación el pasado 18 de julio.
“En la versión anterior del reglamento 5 te daban más oportunidad para reaccionar al problema si en la muestra de leche salía que estabas alto en bacterias y células somáticas. Pero en la nueva versión del reglamento 5 con la muestra del chofer del camión te pueden llamar para decomisar la leche. Antes te daban más tiempo para reaccionar”, dijo Galíndez, en referencia a que en la versión anterior del reglamento 5 se realizaban análisis de leche y si la muestra era alta en células somáticas el ganadero tenía tiempo para identificar las vacas enfermas y retirarla de la línea de ordeño.
“Ahora con la muestra del chofer te pueden llamar a las 6:00 de la tarde para decirte que no te van recoger la leche del tanque, aunque tengas allí tres ordeños. Ya no tienes tiempo para reaccionar”, dijo Galíndez.
La ganadera indicó que desde que se introdujeron los nuevos parámetros se había planteado que al mejorar la calidad de la leche se podrían producir mejores subproductos como queso, mantequilla y mantecado y yogur.
Plantas procesadoras no solicitaron nuevos parámetros
“Yo no he visto esos subproductos y para hacer más queso no había que cambiar los parámetros”, dijo Galíndez.
La ganadera sostuvo que los nuevos parámetros obligan a darle atención al ganado con altos niveles de células somáticas o retirarlo de la línea de ordeño y enviarlo para el mercado de carne. “O lo atiendes y le das medicinas, y eso vale caro, o lo envías al matadero, donde te pagan $400 por vaca, dependiendo lo que pese, y eso no es mucho. En Estados Unidos pagan más”, sostuvo.
Explicó que el ganado de reemplazo por ser más joven, no produce la misma cantidad de leche que las vacas maduras, y para alcanzar la producción normal debes introducir un mayor número de ganado de reemplazo, lo que implica una mayor inversión en esos nuevos ejemplares y un aumento en los costos de alimentos.
Este periodista se comunicó Orlando González, gerente general de Tres Monjitas; con la licenciada Janice Ramírez Vélez, asesor legal de Suiza Dairy Corp y con Francisco Orama, presidente ejecutivo de Indulac, quienes indicaron que los nuevos parámetros fue una iniciativa de la ORIL.
De hecho, tras la aprobación de las enmiendas al reglamento 5 de los decomisos de leche ordenados por la ORIL que no cumplen con los nuevos parámetros han experimentado un aumento notable, según fuentes del sector ganadero.
La situación alcanzó un punto álgido a finales del pasado mes de octubre cuando el ex presidente del Sector de Leche de la AA, Luis “Tata” Cordero, se expresó alarmado por la cantidad de vaquerías afectadas por los decomisos de leche cruda debido a que no cumplen con los nuevos parámetros de calidad establecidos por la ORIL.
Mayor calidad no debe causar la quiebra
Cordero sostuvo que el objetivo de mejorar la calidad de la leche fresca no puede provocar la quiebra de determinados ganaderos, por lo que le solicitó una reunión urgente con González Beiró.
La reunión se llevó a cabo y como resultado González Beiró se comprometió a canalizar la leche descartada para la elaboración de subproductos agrícolas y leche UHT en Indulac y garantizar un pago de entre 70 y 80 centavos por litro, según indicó Cordero.
No obstante, fuentes de la industria indican que los decomisos han continuado y no está claro si lo acordado entre el secretario y Cordero se ha estado cumpliendo.
“Creo que hay que mirar las estadísticas de la ORIL pues entiendo que la mayoría de los ganaderos no han tenido problemas con cumplir con el Reglamento 5”, dijo Francisco Orama, presidente ejecutivo de Indulac.
Muchos gastos y poca ganancia
De hecho, ni la ORIL, que es el organismo regulador, ni el Fondo Fomento de la Industria Lechera (FFIL), que tienen la función de fiscalizar, proveen de manera pública información estadística sobre los decomisos por incumplimiento a los parámetros y sobre la leche que se orienta para la elaboración de subproductos y la que termina en las charcas de contención de las vaquerías.
La ganadera Mara Semidey, quien es la presidenta de la Asociación de Productores de Leche del Suroeste, indicó que la cantidad de ganaderos afectados y que están en contra de los nuevos parámetros es sustancial. “Hay mucha molestia. Yo entiendo que es la gran mayoría. Es que cumplir con estos parámetros cuesta mucho dinero y la ganancia es muy poca”, dijo la ganadera.
Semidey sostuvo que los nuevos parámetros fueron establecidos de manera unilateral por la ORIL y sin que se realizara una consulta de los ganaderos en una asamblea.
La ganadera coincidió con Galíndez en que las enmiendas al reglamento 5 limitan el tiempo para que los ganaderos puedan reaccionar y separar de la línea de ordeño al ganado que puede registrar altas tasas de células somáticas. Semidey también cuestionó si los choferes de los camiones que recogen la leche en las vaquerías han recibido el adiestramiento adecuado para manejar las muestras de leche sin contaminarlas.
“’¿Qué es lo que buscamos con todo esto? Porque ya producimos una leche grado A y con estos parámetros producimos una leche de extremada calidad. El consumidor no sabe que estamos produciendo una leche de calidad. Y si al consumidor se le daña la leche no es por culpa del ganadero”, insistió.
Explicó que la situación de los ganaderos es más compleja debido a que la ORIL aún no ha concluido el EEE, el cual se debe realizar cada cuatro años. “Hace más de ocho años que no se hace ese estudio y es importante para que el ganadero tenga una ganancia equitativa y justa y que se sepa por dónde se pierde el dinero”, dijo Semidey.
No es imposible
El conocido ganadero Antonio López, quien es el mayor productor de leche del país, reconoció que es difícil y costoso cumplir con los nuevos parámetros, especialmente para las pequeñas vaquerías. No obstante, López apoyó los nuevos parámetros y respaldó que la leche descartada se oriente para la elaboración de subproductos lácteos.
López también respaldó una mayor asistencia y adiestramiento al ganadero para que pueda alcanzar la etapa de cumplimiento pleno.
“No es imposible. Hay que meterse en la vaquería, pero se puede hacer”, dijo.
El ganadero Juan Félix Barreto, indicó que, aunque su vaquería, ubicada en el pueblo de Hatillo, cumple a cabalidad con los nuevos parámetros, se pronunció en contra de las nuevas disposiciones del reglamento 5 “porque están afectando a muchos ganaderos, amigos míos, gente trabajadora. Lo veo cómo se afectan sus negocios y esto no es justo”, dijo Barreto.
¿Para qué todo esto?
Por su parte, el ex Secretario Agricultura y director ejecutivo de FFIL, Orlando Fabre indicó que los nuevos parámetros tienen como objetivo mejorar la calidad de la leche, lo cual, según dijo, beneficia a las plantas elaboradoras porque reciben un producto de mayor calidad, de más grasa y que tiene una mayor durabilidad en las neveras de los consumidores.
”Lo que tienen que hacer los ganaderos es adaptarse y cumplir con los nuevos parámetros”, dijo Fabre.
Ante los señalamientos de no existe una campaña publicitaria para que los consumidores sepan que la leche local ofrece una calidad superior a los requisitos de leche grado A, Fabre dijo que propondrá en la próxima reunión de la junta de directores del FFIL que se tomen las medidas para impulsar una campaña publicitaria. No obstante, Fabre reconoció que ya el FFIL no posee fondos para financiar esfuerzos publicitarios y de mercadeo.
“Yo me pregunto si el consumo va a aumentar con estos nuevos parámetros. Yo creo que bajan más las células somáticas y no se venderá más leche. Entonces ¿para que todo esto?”, cuestionó la ganadera Galíndez.