Por Miguel Díaz Román
Los consumidores deberán esperar una merma significativa en la disponibilidad de la leche fresca en el mercado en los próximos días y quizás hasta finales del mes de octubre, debido a que el ganado experimenta una baja en la producción de leche por las altas temperaturas y también por otras circunstancias adversas como la quiebra de vaquerías y la reducción del ganado productor, como resultado de las políticas establecidas por la Oficina para la Reglamentación de la Industria Lechera (ORIL).
De hecho, el secretario de Agricultura, Ramón González Beiró, quien también es el administrador interino de la ORIL, admitió el pasado jueves en una entrevista realizada en estación de radio WKAQ, la creciente escasez de leche fresca que se ya se está registrando en las neveras del comercio.
“Estamos en la época de baja producción, así que van a ver un poco de menos disponibilidad de leche, quizás hasta el próximo mes y medio y empieza a normalizarse a finales de octubre”, dijo González Beiró.
En relación con la baja producción de leche la Vaquería Tres Monjitas sostuvo en unas declaraciones escritas que continuará trabajando para garantizar la disponibilidad del producto en el mercado.
Actualmente Tres Monjitas es la única procesadora de leche fresca activa luego de que la planta Suiza Dairy suspendió el procesamiento de leche fresca tras demandar a la ORIL en el Tribunal Federal de San Juan.
“Por la reducción en la leche cruda que se recibe en la planta, estamos dando prioridad a la producción de los productos de mayor demanda, en coordinación con el Departamento de Agricultura. Esperamos que, al igual que todos los años, esta situación de baja producción en las fincas se estabilice a finales de octubre, mientras seguimos evaluando opciones con el Departamento de Agricultura para garantizar la disponibilidad de leche fresca en el mercado”, dijo Orlando González, gerente general de Vaquería Tres Monjitas.
No obstante, lo que no dijo el secretario en su entrevista radial es la comedia de errores que cometió la ORIL en los pasados días para enfrentar la baja producción de leche, al emitir una orden administrativa con el objetivo de eximir a los ganaderos de los nuevos parámetros de calidad establecidos por esa entidad reguladora, y un día después esa decisión fue derogada.
Comedia de errores
De acuerdo con una fuente conocedora de las incidencias en la ORIL la orden administrativa derogada tenía la intención de aumentar la cantidad de leche disponible para procesamiento en un periodo de baja producción porque decretó una moratoria en la aplicación de los nuevos parámetros.
Estos parámetros exigen una reducción de bacterias y de las células somáticas en la leche cruda más allá de los parámetros de leche grado A exigidos por el gobierno federal.
El miércoles 11 de septiembre la ORIL emitió la orden administrativa 2024-48 para decretar una moratoria hasta el 6 de noviembre sobre el parámetro de células somáticas en la leche cruda, según lo dispone el reglamento 5, que exige contajes por debajo de 550,000 células por mililitro. Esta orden fue firmada por González Beiró como administrador interino de la ORIL.
La presencia de células somáticas está relacionada con infecciones y enfermedades en la ubre de las vacas y los técnicos de la ORIL ordena el decomiso de aquella leche que no cumple con el contaje por debajo de 550,000 células por mililitro.
Como resultado de la orden 2024-48 se estaría permitiendo que la leche cruda registrara contajes de hasta 750,000 células por mililitro, que es el rango aceptado para leche grado A por el gobierno federal.
La fuente indicó que la decisión tendría el efecto de detener los decomisos, lo que aumentaría la leche disponible para suplir el mercado de leche fresca.
Pero el jueves 12 de septiembre la ORIL emitió la orden administrativa 2024- 49 cuyo único fin fue derogar la orden administrativa 2024-48. El documento sostiene que la decisión respondió a una petición de los productores de leche para que la leche que llega a los consumidores “sea de la más alta calidad”, según lo dispone el reglamento 5.
El documento no identifica a los ganaderos que, alegadamente, solicitaron detener la moratoria para que continuara rigiendo los nuevos parámetros que impone el reglamento 5.
Una orden no puede enmendar un reglamento
“Se acogió la petición presentada por entender que ésta obstruye o no tiende a poner en efecto la política pública y los fines de la Ley 34 (Ley para reglamentar la industria lechera) y la reglamentación vigente”, indica la orden administrativa 2024 -49, que también fue firmada por González Beiró.
No obstante, la fuente indicó que la verdadera razón para derogar la orden administrativa 2024- 48 “es que, a última hora, se dieron cuenta de que una orden administrativa no puede enmendar un reglamento. Ya eso ha sido decidido por los tribunales. Fue entonces cuando decidieron derogarla”.
Sobre estos eventos SN le envió a González Beiró una solicitud para obtener su reacción a través de cuenta de Whatsapp y el funcionario no respondió.
SN supo que, tras la aprobación de la orden administrativa 2024- 48, ya existían ganaderos buscando una representación legal con el fin de demandar a la ORIL por las cuantiosas pérdidas causadas por los nuevos parámetros que impone el reglamento 5.
De hecho, para evitar los decomisos, los ganaderos se han visto obligados a incurrir en altos costos para pagar servicios veterinarios y para adquirir medicamentos. Además, los nuevos parámetros han contribuido a la reducción de producción de leche debido a que las ganaderías han tenido que disponer del ganado que registra alta incidencia de células somáticas para evitar los decomisos.
No al ganado de reemplazo
La merma en la producción por las altas temperaturas se había enfrentado en el pasado importando ganado con el fin de aumentar el caudal de leche, pero desde inicios de este cuatrienio González Beiró eliminó los incentivos para la importación de ganado de reemplazo.
Esta decisión ha causado una reducción significativa en el número de cabezas de ganado en las vaquerías porque, sin los incentivos del gobierno, resulta muy costosa para los ganaderos la importación de ganado de reemplazo. En la actualidad el costo por cabeza de ganado puede superar los $4,500.
Los nuevos parámetros que impone el reglamento 5 también han elevado los costos de producir leche hasta el punto muchos ganaderos se han declarado en quiebra en el Tribunal Federal mientras que otros, sencillamente, han cerrado sus operaciones, lo que también han contribuido a la reducción en la producción de leche.
Además, el cierre de la planta Suiza Dairy, una decisión que se ha interpretado como la respuesta de la empresa a las arbitrariedades reglamentarias impuestas por la ORIL durante de dirección de González Beiró, promete causar graves problemas cuando la producción de leche aumente en el invierno por las bajas temperaturas, y la planta Tres Monjitas no pueda acopiar toda la producción debido a sus limitaciones en tamaño.
Más problemas para la ORIL
El pasado 3 de mayo Suiza Dairy radicó en el Tribunal Federal de San Juan moción de desacato contra la ORIl y González Beiró por, alegadamente, incumplir un acuerdo alcanzado en ese tribunal en 2013, que incluye el reglamento 12, el cual fue anexado a una sentencia emitida por el juez federal Daniel Dominguez.
El citado acuerdo obliga a la ORIL a garantizar una ganancia adecuada a los integrantes de la industria lechera, especialmente a las plantas procesadoras, tras realizar evaluaciones económicas anuales y un amplio estudio cada cuatro años.
Suiza Dairy sostiene en la moción que ha perdido $172 millones por los incumplimientos de la ORIL.
Pero este no es el único problema que enfrenta la ORIl y González Beiró. Tan reciente como el pasado 9 de septiembre la ORIL acudió al Tribunal Supremo de Puerto Rico con una petición para que se revise una sentencia del Tribunal de Apelaciones de San Juan que anuló una sanción impuesta por la agencia reguladora contra un ganadero.
En esa sentencia el Tribunal de Apelaciones dejó sin efecto un dictamen de la ORIL contra el ganadero Jesús R. Díaz González, a quien se le impuso el pago de $16,770.40 por, alegadamente, causar la contaminación por bacterias de 16,968 cuartillos de leche almacenada en un tanque de un camión de recogida del producto de Tres Monjitas.
Demandas a la vista
El Tribunal de Apelaciones sostuvo que ORIL actuó incorrectamente al aplicar al ganadero una pena por analogía. Es decir, imponer una penalidad dispuesta para una determinada acción a unos hechos que son similares o análogos.
El artículo 8 del reglamento 5 de la ORIL dispone claramente que un ganadero vendrá obligado a pagar el costo de aquella la leche decomisada de un tanque porque se depositó leche cruda contaminada con antibiótico, drogas, inhibidores, adulterantes, crioscopia o por exceder el límite de acidez. No obstante, la reglamentación no considera imponer esa penalidad si la leche cruda depositada en el tanque no cumple con el conteo bacteriano reglamentario.
Si el Tribunal Supremo avala la determinación del Tribunal de Apelaciones se abre un nuevo escenario en el que decenas de ganaderos podrían demandar al gobierno en busca de una compensación por daños económicos, debido a que la ORIL también los obligó a pagar miles de dólares por la leche decomisada que contenía los tanques de recogida, luego de que se determinara que sus entregas registraban altos contajes de bacterias.