Por Miguel Díaz Román
La economía local transita un preocupante curso decreciente, en el que el crecimiento de unas empresas se logra a expensas de arruinar a otras, mientras existen una serie de obstáculos que magnifican los problemas del país como la reducción de la población, el rol de la cultura como impedimento hacia la innovación y la timidez del sector privado en asumir un rol protagónico para encaminar la economía, según sostuvo el doctor Ramón Barquín III, quien es el nuevo presidente electo del Centro Unido de Detallistas de Puerto Rico (CUD).
Doctor Ramón Barquín III, nuevo presidente electo del Centro Unido de Detallistas de Puerto Rico.
Barquín III señaló que los líderes del gobierno son incapaces de viabilizar soluciones y apostó por el desarrollo del sector de los servicios como fuente para revitalizar la economía, una transformación que deberán liderar las pequeñas y medianas empresas.
Los planteamientos del presidente electo del CUD fueron realizados durante el conversatorio titulado “El impacto de la tecnología y los cambios en la Educación”, que la pasada semana celebró la Asociación Puertorriqueña de Analistas Financieros.
Incluso, Barquín III también planteó que la educación en Puerto Rico ha fallado en utilizar la tecnología como mecanismo para retener y dispersar el conocimiento.
Destacó que el desarrollo y manejo del conocimiento especializado en sus diversas facetas, como en la tecnología o en la biología, “es el factor de producción hoy por hoy más importante” para reactivar la actividad económica del país.
Robótica como solución
No obstante, señaló que el conocimiento debe estar aplicado a la tecnología, a las telecomunicaciones y la tecnología de informática para que sea una fuente de actividad económica.
Sostuvo que una alternativa que ofrece el desarrollo tecnológico es la robótica, la cual definió como “un elemento mecánico para automatizar operaciones” y que tiene numerosas aplicaciones. Entre esas aplicaciones mencionó utilizar la robótica para sustituir mano de obra.
“La robótica es una alternativa para la mano de obra, que actualmente es un recurso escaso y necesario para la producción”, indicó.
Un tercer elemento para el uso de la tecnología es la impresión tridimensional, que actualmente se utiliza para restaurar los arrecifes de coral ubicados en la costa de San Juan. Barquín III indicó que la impresión tridimensional puede ser un recurso muy útil para restaurar infraestructura crítica.
De hecho, Barquín III es el director de Bluetide, que es una entidad sin fines de lucro dirigida a insertar a Puerto Rico en la llamada economía azul, que involucra el desarrollo de aquellas actividades comerciales que dependen del océano.
Entre esas actividades figura el uso de la impresión tridimensional para restaurar los arrecifes de coral los cuales reducen la energía de las olas y son capaces de minimizar la erosión costera.
“La economía azul representa $2.9 trillones de dólares al año y Puerto Rico participa escasamente de esa economía”, dijo Barquín III.
El reto demográfico
En el foro, que fue celebrado en el restaurante Antonio, ubicado en el Condado, Barquín III fue el único expositor invitado ante una concurrencia selecta de economistas, empresarios, contables, miembros de la comunidad financiera y de la industria de seguros.
Durante su participación en el foro, Barquín III, realizó una radiografía de los grandes desafíos que enfrenta el país entre los que destacó el llamado reto demográfico que se caracteriza por una reducción significativa en la tasa de natalidad y un incremento de la emigración de puertorriqueños hacía los Estados Unidos.
El llamado reto demográfico ha tenido un impacto adverso en la fuerza trabajadora disponible y en la población estudiantil desde los primeros grados hasta el nivel universitario.
Además, la merma de los jóvenes ha causado un alza en la población envejeciente conforme más individuos alcanzan y superan los 60 años.
Barquín III, destacó que es el sector privado el llamado a buscar solución a los complejos problemas del país, entre ellos la reducción poblacional y criticó que el gobierno haya asumido el rol de impulsar la economía.
Tímido el sector privado
De hecho, el ejecutivo, quien también es el presidente de la Junta de Directores de la Atlantic University, señaló que el sector privado en Puerto Rico ha sido tímido y no ha incursionado en alcanzar un mayor protagonismo en la actividad económica y social del país.
Barquín III planteó que la educación en Puerto Rico ha fallado en utilizar la tecnología como mecanismo para retener y dispersar el conocimiento, lo cual atribuyó a la falta de un “plan coherente de desarrollo económico”.
Indicó que “hay muchas buenas intenciones, pero la falta de un plan coherente de desarrollo económico es porque no hay liderato ni en el sector público ni en el sector privado. El sector privado en Puerto Rico es tímido y es simplemente vago”, indicó Barquín III, quien explicó que el sector privado se ha mantenido contento con su obligación de pagar contribuciones y no ha aspirado a asumir otras responsabilidades, mientras el gobierno desarrolla infraestructura crítica.
Incluso, Barquín III planteó que, a pesar de la masiva inversión de fondos federales en el sistema de educación pública, el sistema ha fallado en utilizar la tecnología en las escuelas por la reticencia cultural de los actores del sistema, una conducta patrocinada por las uniones o asociaciones que operan en el Departamento de Educación.
Reticencia cultural
“Pueden haber invertido $45,000 millones de dólares en la tecnología en la educación y todavía en las escuelas no hay para tizas, ni para tina para las fotocopiadoras y mucho menos conectividad en las escuelas”, dijo Barquín III.
“Por lo tanto, el uso de la tecnología en la educación para transformar y distribuir el conocimiento en Puerto Rico lo veo desierto, porque el liderato para romper esa resistencia cultural no lo hay”, dijo.
También mencionó que el sistema educativo privado ha carecido de capital para utilizar abrumadoramente la tecnología en sus escuelas debido a falta de estudiantes.
Insistió en que la prioridad de desarrollo en la economía local debe ser el sector de los servicios donde deberá existir una participación principal de las pequeñas y medianas empresas, las cuales “son el sostén de la economía puertorriqueña, de la familia puertorriqueña”.
Incluso, Barquín sostuvo que la economía local transita una etapa decreciente en la que no existe un alza en la inversión mientras los ingresos de las empresas no son sustanciales y provienen de capturar mercado a los competidores.
Economía “cero suma”
También indicó que no es cierta la información vertida por el gobierno sobre que se ha registrado un alza en el retorno de puertorriqueños que emigraron a los Estados Unidos en los pasados años.
“Dejemos los cuentos de camino y atendamos el problema estructural de la economía de Puerto Rico, que se atiende con liderato y con un plan coherente con ejecución de lo que ya es una tendencia. Este es un mercado “cero suma”, porque como ustedes saben la economía ha dejado de crecer, donde en esencia para Pan American Grain ganar tiene que quitarle a V Suarez. ¿Y entonces cómo se crece? Efectivamente, cuando el mercado es decreciente tengo que robarle al competidor, pero mis posibilidades de éxito son casi nulas”, dijo Barquín III.
De hecho, el presidente del CUD cuestionó la capacidad gerencial de los administradores de la cosa pública ante la realidad de que el gobierno haya sufrido una quiebra financiera estrepitosa a pesar de que más de dos terceras partes de la economía es subvencionada por fondos federales.
Barquín III también cuestionó la contradicción que involucra realizar pagos a los trabajadores en Puerto Rico que superan el mínimo federal, mientras el índice de pobreza local es más bajo que el de Mississippi, que es uno de los estados más pobres de Estados Unidos.
“Seamos realistas, seamos realistas. Empecemos a hablar nuestros problemas como son y a atenderlos desde la empresa privada. Ese es el reto porque los líderes que tenemos no tienen una noción clara para sacarnos del atolladero”, sostuvo.
Raigambre española y católica como problema
Un tema polémico que trató con soltura son los efectos contraproducentes de la fuerte influencia de la cultura española y de la iglesia católica, tras más de cinco siglos de coloniaje español.
“El problema de Puerto Rico es cultural. En Puerto Rico seguimos pensando que somos el ombligo del mundo. Nuestra mentalidad isleña y nuestra ascendencia española, de las somos todos muy orgullosos, pero la potencia que fue España, ese imperio fue uno oscuro porque la cultura por influencia religiosa, la España católica, apostólica y romana, resistía el conocimiento. Puerto Rico viene de esa estirpe cultural donde no impera la razón. La religión católica fomentó una cultura, tanto en España como en las colonias, donde el desarrollo (económico) no se dio”, dijo Barquín III.
No obstante, Barquín planteó que, tras el cambio de soberanía con la entrada de Estados Unidos en Puerto Rico como poder colonial a partir de 1898, el país sufrió una transformación que ofrece unas oportunidades que debemos aprovechar.
“Nosotros representamos 10 millones de puertorriqueños en los Estados Unidos. Vamos a dejar nuestra crisis de identidad y vamos a estar orgullosos de nuestra tradición española y vamos a aprovechar la realidad que tenemos, que es a la que aspira mucha gente y no tiene. Saquemos provecho de nuestra capacidad comercial y sacar provecho de los tratados de libre comercio (de Estados Unidos)”, dijo Barquín III.
El ejecutivo también mencionó las numerosas iniciativas de desarrollo económico que ha comenzado el gobierno y algunas han fracasado y otras han quedado inconclusas, como el llamado “superpuerto” que se planificó para la ciudad de Ponce y más de dos décadas después esa iniciativa no se ha concretado, mientras otras naciones de Caribe han desarrollado puertos competitivos como la República Dominicana y Panamá.