Por Miguel Díaz Román
Mientras determinadas voces de la industria del café auguran la posibilidad de que pronto se registre una escasez de café en el mercado local, debido a que las existencias del grano importado han bajado a niveles alarmantes, el secretario de Agricultura, Josué Rivera Castro, espera que la llegada de un nuevo embarque permita a los torrefactores procesar las cantidades adecuadas para satisfacer la demanda.
La realidad innegable es que en el almacén de café del Departamento de Agricultura, ubicado en el barrio Yahuecas de Adjuntas, el inventario de café importado se ha reducido dramáticamente y en las últimas semanas las ventas se han dirigido a satisfacer la demanda de los pequeños torrefactores con ciertas restricciones.
La presunta escasez afecta tanto los granos importados de café arábica y el robusta, que son las variedades más populares en el mercado mundial y las que son utilizadas por los torrefactores para elaborar las diversas marcas de café que pululan en el mercado local.
De hecho, la situación fue originada por el atraso de un embarque de café procedente de México que la pasada administración del ex secretario Ramón González Beiró había ordenado. El atraso ha sido en extremo preocupante debido a que su llegada podría acontecer a finales de febrero o durante el mes de marzo.
Atraso en embarque
Alegadamente, el atraso del café procedente de México encendió las alarmas en el Programa de Compraventa de Café de la Administración de Desarrollo de Empresas Agropecuarias (ADEA), que es la entidad encargada de lograr los acuerdos de importación con los productores extranjeros.
Rivera Castro confirmó el atraso del embarque procedente de México y reveló que el DA ordenó un nuevo embarque de café en la República Dominicana, el cual estaría arribando próximamente.
“La previa administración realizó una orden de compra y por asuntos de aduanas se atrasó, pero nosotros no dudamos en pedir otro embarque en vecinas jurisdicciones (República Dominicana) para que llegara antes de la fecha de entrega del embarque atrasado”, señaló Rivera Castro.
“El embarque de República Dominicana llegará primero que el de México. Hay inventario en torrefactores grandes que tiene mayor demanda, por ende la prioridad son los pequeños torrefactores. Los pequeños torrefactores han recibido café. No hay escasez”, indicó el funcionario.
No obstante, las fuentes indicaron que mientras más rápido se cierre la brecha que separa las mermadas existencias de café importado en Yahuecas y la llegada del embarque procedente de la República Dominicana, no habrá escasez de café en las góndolas de los supermercados.
Posibles problemas
La fuente sostuvo que si el café de República Dominicana no llega a tiempo veremos a los torrefactores “en problemas para satisfacer la demanda local”.
La empresa PR Coffee Roasters, que posee 10 marcas de café que representan alrededor del 50% del mercado local, adquiere cerca del 80 % del café importado, lo que lo convierte a esa empresa en el principal cliente del Programa de Compraventa de Café de ADEA.
Rivera Castro advirtió que el Programa de Compraventa de Café de ADEA adquirió café importado a precios satisfactorios, pues las compras fueron realizadas antes de una tendencia alcista que recientemente se registró en los precios del café en el mercado internacional.
El secretario también reveló que ha estado procurando la ayuda de pasados ex secretarios de Agricultura para crear un banco de ideas agrícolas que lo ayuden a realizar con éxito su gestión.
“Nosotros nos enfocaremos en lograr motivar a productores locales de café y proveer herramientas para alcanzar un aumento en producción. Confió en que el ex secretario de Agricultura, Carlos Flores, el ex secretario Javier Rivera Aquino y el ex secretario Salvador Ramírez y muchos otros nos provean sus recomendaciones para así hacerlo. El principal reto es la mano de obra para sembrarlo y recogerlo”, agregó Rivera Cortés.
La vista de confirmación en el Senado para el nombramiento de Rivera Cortés no se celebró ayer sábado como estaba previsto y se espera que en algún momento esta semana o el próximo sábado el designado secretario se exponga al interrogatorio de los senadores que integran la Comisión de Innovación, Reforma y Nombramientos.
La citada Comisión es presidida por el también presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz.
Importación que salva y afecta
No se espera que el incremento en la tarifa de 25 % decretada por el presidente Donald Trump a los productos importados de México afecte el embarque en tránsito que adquirió la administración de González Beiró y futuras compras del Programa de Compraventa de Café de ADEA, debido a que el gobierno local está exento de pagar el arbitrio que impone el gobierno federal al café importado.
Precisamente, esa exención federal es la que ha convertido al Programa de Compraventa de Café de ADEA en una lucrativa fuente de ingresos para el DA, debido a que en el mercado internacional el precio del grano es sumamente bajo.
La venta de café importado a los torrefactores genera cerca de $30 millones anuales. No obstante, ADEA debe reservar hasta $20 millones para realizar la compra de café del próximo año.
La importación de café se ve como un mal necesario debido a que la producción local no alcanza para satisfacer el consumo desde 1998.
Competencia desleal
Los caficultores locales han denunciado que la importación de café atenta contra la estabilidad de la producción local porque el grano importado se vende más barato que el grano de alta calidad cosechado en la isla.
Otra denuncia es que desde el sector de los torrefactores se ha gestionado una competencia desleal porque el café importado se ha estado empacando y vendiendo como café del país, mientras el grano local de alta calidad se queda en los almacenes.
Incluso, recientemente el caficultor Miguel López Hernández, quien es el presidente de la Asociación de Beneficiados de Puerto Rico, denunció que las llamadas marcas de café “especial” o “gourmet” para consumo local y para exportación no utilizan grano de alta calidad cosechado en Puerto Rico, sino grano procedente de México que es importado por el gobierno, lo que representa una insólita práctica de fraude que podría causar el colapso de la industria de café del país.