Por Edgar León
Por décadas, los estudiantes de las escuelas públicas en Puerto Rico han sido víctimas de un sistema que no solo les ha fallado, sino que les ha robado descaradamente su derecho a una educación de calidad, tal como lo garantiza la Constitución de Puerto Rico.
Este maltrato, encubierto por una capa de burocracia y corrupción, ha afectado de manera desproporcionada a los más vulnerables: los niños de familias trabajadoras, de comunidades pobres y los estudiantes de educación especial. Todo esto con el objetivo de perpetuar un ciclo de ignorancia, manipulación política y control social que favorece a las élites en el poder.
Corrupción Administrativa: El Verdadero Enemigo de la Educación
La mayor parte del presupuesto del Departamento de Educación, que debería destinarse directamente a las escuelas y a los estudiantes, se desvía a la creación de posiciones administrativas que poco o nada tienen que ver con el desarrollo educativo.
En lugar de centrarse en la enseñanza, estos puestos sirven para inflar la nómina pública, otorgar favores políticos y mantener una red de clientelismo en la que se reparten contratos millonarios a personas allegadas a los partidos políticos.
El Abandono de los Estudiantes
Uno de los resultados más alarmantes de esta corrupción es que los estudiantes de escuela pública en Puerto Rico pasan de grado sin las habilidades fundamentales que deben adquirir en la escuela.
Niños que se gradúan de escuela superior sin saber leer y escribir correctamente en español, mucho menos en inglés, enfrentan un futuro incierto, condenados a la pobreza por un sistema que les ha fallado en la enseñanza básica.
El Despojo a los Maestros: La Otra Cara de la Moneda
La enseñanza, considerada una de las profesiones más nobles, ha sido desvalorizada hasta el punto de la humillación. Los maestros, quienes deberían ser los guardianes del conocimiento y los pilares del sistema educativo, han sido traicionados de múltiples maneras.
Se les ha despojado de un retiro digno, se les paga un salario que no está a la par con el costo de vida y, mucho menos, con el de otras jurisdicciones. Además, se les obliga a enseñar con currículos impuestos, muchas veces incompatibles con la realidad puertorriqueña, y bajo un control exhaustivo que limita su autonomía como educadores.
Manipulación Política y Control Social
¿Por qué los gobiernos de Puerto Rico han permitido, e incluso fomentado, este deterioro del sistema educativo? La respuesta es simple: mantener a la población ignorante es una estrategia política. Una población mal informada, incapaz de pensar críticamente, es más fácil de manipular.
Por generaciones, esta táctica ha permitido la perpetuación de líderes políticos que no solo son incapaces, sino también corruptos, saqueando los recursos públicos sin enfrentar una oposición crítica e informada.
Conclusión:El Futuro en Juego
El maltrato sistemático a los estudiantes de las escuelas públicas no es solo un problema educativo, es un problema de derechos humanos. Robarle a los niños su derecho a una educación de calidad es condenar al futuro de la isla.
El pueblo de Puerto Rico debe exigir más de sus líderes, demandar transparencia y un verdadero compromiso con la educación. Si no actuamos ahora, estaremos condenando a otra generación a vivir bajo las sombras de la corrupción, la ignorancia y el control político.