Por Miguel Díaz Román
Un embarque de café semitostado procedente de República Dominicana, el cual es importado por el gobierno para satisfacer el déficit del grano que no suple la industria cafetalera local,
estuvo detenido en los puertos de San Juan porque el Departamento de Agricultura (DA) se atrasó en desembolsar el pago de la mercancía por razones que en este momento se desconocen.
La tardanza en producir el pago provocó un desfase en las existencias de inventario de café importado en el almacén del DA, ubicado en el sector Yahuecas de Adjuntas, lo que ha ocasionado que determinados torrefactores hayan enfrentado dificultades para satisfacer la demanda de sus clientes y distribuir adecuadamente sus marcas.
De acuerdo con una fuente vinculada al DA, el desfase en las existencias de inventario de café importado en el almacén de Yahuecas es una situación recurrente que atenta contra los inventarios de los torrefactores.
Cónclave de torrefactores
Por esta razón, los torrefactores han convocado una reunión en el pueblo de Hatillo la semana próxima en la que se proponen discutir el asunto y presentar posibles soluciones. El secretario de Agricultura, Josué Rivera Castro, ha sido invitado a la citada reunión.
El sector de los torrefactores lo integran decenas de pequeñas empresas que tienen sus propias marcas de café, incluyendo la empresa PR Coffee Roasters, que es el mayor consumidor de café importado pues posee cerca de 10 marcas de café que representan alrededor del 50% del mercado local.
La fuente explicó que el pago atrasado finalmente se efectuó en los pasados días, lo que permitió que la empresa intermediaria en el proceso de importación del grano liberara el embarque y en la mañana del pasado jueves finalmente, la agencia federal de Aduanas y Protección Fronteriza autorizó su entrada al país.
La fuente sostuvo que, probablemente, el programa de café de la Administración para el Desarrollo de Empresas Agropecuarias (ADEA), que es la dependencia del DA a cargo de las compras del café importado, enfrentó dificultades financieras para producir el pago, el cual, superó los $1.6 millones.
Según indicó la fuente, el pago realizado por la ADEA reflejó el incremento sustancial que ha registrado del café en el mercado internacional, el cual representó un alza de aproximadamente $425,000, en relación con las compras que tradicionalmente efectúa la dependencia del DA.
El embarque está integrado por 5,000 sacos de cien libras de café semitostado que están contenidos en 10 furgones.
ADEA absorbe aumento
La fuente sostuvo que el alza en el costo del café importado pagado por la ADEA representará un aumento de 85 centavos por libra. No obstante, la Fortaleza ha ordenado que la ADEA absorba el alza y no la traslade al precio en que se vende el café importado a los torrefactores.
No está claro si el atraso de ADEA en pagar a la empresa importadora responde a que los fondos acumulados por la venta de café importado al finalizar el 2024, han sido insuficientes. La realidad es que desde que comenzó el presente año el grano en el mercado internacional ha registrado un alza de precio.
Además, si el aumento de precio del café importado requiere usar más dinero para garantizar futuras compras, los cultivos de café local se podrían perjudicar porque los incentivos para los caficultores que provee ADEA surgen de los fondos generados por la venta de café importado.
Alegadamente, un factor que ha afectado las compras de café importado que realiza ADEA es que la Junta de Supervisión Fiscal impuso que las subastas para la compras del grano no podrán exceder los $10 millones anuales.
JSF impone limitaciones
La fuente indicó que la limitación establecida por la JSF obliga a la ADEA a realizar compras pequeñas que le impiden al programa de café tener abastos suficientes en Yahuecas, lo que tiene el efecto de desarticular los inventarios de los torrefactores.
De hecho, la fuente reveló que la más reciente subasta realizada por ADEA para traer café importado hasta mediados de año fue declarada desierta. Alegadamente, las subastas para importar cantidades pequeñas del grano no son atractivas para las empresas que se dedican a ese negocio.
Según reveló la fuente, otro factor que en el futuro podría aumentar el costo de las compras de café importado es la tarifa de 10 % establecida por el presidente Donal Trump a través de una orden administrativa.
La fuente explicó que las compras realizadas por ADEA en la República Dominicana no fueron cobijadas la tarifa de 10 % porque el presidente ordenó una exención de 90 días en la imposición de la tarifa.
Pero existe la posibilidad, según argumentó la fuente, que cumplido el plazo de 90 días, las compras de café que efectúa ADEA en la República Dominicana o en México sean cobijadas por la nueva tarifa, lo que requerirá un aumento en el presupuesto para la compra de café importado.
Mal necesario
Las compras de café importado por ADEA están favorecidas por una exención concedida por el Congreso que data desde principios del siglo pasado y permite al gobierno local importar café sin pagar un arancel federal. ADEA importa el grano y lo revende a los torrefactores, una operación que genera un beneficio económico de hasta $20 millones anuales.
La importación de café se ve como un mal necesario debido a que la producción local no alcanza para satisfacer el consumo desde 1998. En la actualidad la importación de café es necesaria porque la producción local solo alcanza cerca de 40,000 quintales anuales, mientras que el consumo anual en el país se aproxima a los 280,000 quintales.
Las importaciones del grano de parte de ADEA ascienden a cerca de 240,000 quintales anuales.
Otro factor que, alegadamente, podría perjudicar la industria local de café es que el ex secretario de Agricultura, Ramón González Beiró, prohibió a la división de Inspección de Mercado del DA realizar inspecciones en los cargamentos de café importado que arriban al país. La fuente señaló que dicha prohibición podría facilitar que los cultivos locales de café sean contagiados por aquellas plagas y enfermedades que porte el grano de café importado.