Por Miguel Díaz Román
Con el fin de impedir un aumento en el precio del café a nivel del consumidor, la administración de Jenniffer González Colón ha decidido subsidiar el precio del grano que importa la Administración de Empresas Agropecuarias (ADEA) y que luego le vende a los torrefactores, para no trasladar a esas empresas los aumentos de precio que ha experimentando ese producto en el mercado internacional.
El subsidio implica que la ADEA absorberá el incremento en costo que el café importado ha experimentado, para poder vender el grano a los torrefactores a un precio que no altere la estructura de costos de esas empresas y no sea necesario aumentar el precio del café a nivel del consumidor.
La información fue confirmada por el secretario de Agricultura, Josué Rivera Castro, quien indicó que «la política pública de la gobernadora es evitar que el consumidor se vea afectado por un aumento en el precio en el café».
La importación de café por el ADEA es el resultado de una exención concedida por el Congreso, que le permite al gobierno local importar café sin pagar un arancel federal. La importación de café se ve como un mal necesario debido a que la producción local no alcanza para satisfacer el consumo desde 1998.
ADEA pierde fondos
La operación para subsidiar a los torrefactores comprende que la ADEA adquiere cada quintal (100 libras) de café importado en más de $450, pero se lo vende a los torrefactores a $375, lo que implica que el gobierno está perdiendo más de $75 por cada 100 libras de café importado que vende, según denunció el caficultor Miguel López Hernández, quien es el presidente de la Asociación de Beneficiados de Puerto Rico.
López Hernández agregó que esta operación ya ha resultado en un vaciado sustancial de los ingresos generados por la venta de café, porque la ADEA paga el aumento del café importado pero no recupera el dinero a través de sus ventas a los torrefactores.
Sostuvo que la activación del subsidio ha comenzado a afectar el pago de incentivos a los caficultores. Explicó que parte de los ingresos que genera ADEA por la venta de café importado es orientado en ayudas y estímulos al sector de los caficultores y de otros sectores agrícolas.
Menos incentivos
«Ya no están dando menos abono, hay menos chavos para el incentivo salarial y el incentivo por la compra de maquinaria y equipos se redujo de 50 % a 25 %. Todo esto comenzó a suceder desde inicios del 2025, cuando el precio del café importado aumentó», dijo López Hdernández.
Pero el ex secretario de Agricultura, Ramón Gonzáldez Beiró, sostuvo que Rivera Castro debe exigir el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) emita una órden para aumentar el precio del café importado y de esta manera se evita la sangría de fondos que experimenta la ADEA.
Incluso, Gonzáldez Beiró advirtió que la pérdida de fondos en ADEA es tal magnitud que asciende a más de $1 millón de dólares mensuales. El ex secretario indicó que si la pérdida de fondos no es detenida el Departamento de Agricultura (DA) enfrenta el peligro real de sucumbir en la quiebra.
A la quiebra Agricultura
«El DA tiene que exigir al DACO un aumento al precio de venta sin más demora. Desde febrero está generando pérdidas mensuales de más de un millón de dólares. Los ingresos propios de ADEA son los que permiten otorgar incentivos a los agricultores. La venta de café importado es la mayor fuente de ingresos propios y además, ese café no paga el arancel que pagarían los torrefactores si lo importan ellos. El precio mundial está en niveles históricos y aquí por motivos políticos no aumentan lo necesario. Esto va a desembocar en la quiebra del Departamento», dijo González Beiró.
Fuentes conocedoras de la situación que enfrenta ADEA relataron que el sector de los torrefactores no favorece una intervención de DACO para decretar un aumento en el precio del café importado y un alza al café cosechado en la isla. La fuente indicó que los torrefactores han dejado saber que cualquier aumentó se reflejará en el precio del café a nivel del consumidor.
López Hernández favoreció la intervención de DACO para que se aumente el precio del café de cosecha local «para hacerle justicia al caficultor del país».
En el pasado López Hernández ha señalado que el café local ha sufrido un desplazamiento en la medida que el precio del café importado es bajo.
Competencia desleal
Además, el caficultor ha denunciado que desde el sector de los torrefactores se ha gestionado una competencia desleal porque el café importado se ha estado empacando y vendiendo como café del país, mientras el grano local de alta calidad se queda en los almacenes.
Además, para el DA la importación de café se ha convertido en un lucrativo negocio cuyos ingresos superan los $20 millones anuales.
En la medida que el precio del café importado es bajo, ADEA puede venderlo a los torrefactores locales a un precio aceptable (el precio reglamentado por DACO), en comparación con el café cosechado en el país, y obtener un jugoso ingreso.
López Hernández ha sostenido que es necesario considerar que se imponga una prohibición que impida que el café importado se empaque y se venda como café del país. El caficultor ha señalado que la prohibición debería incluir el café “gourmet” elaborado con café importado, y que en su etiqueta se identifica como café cosechado en Puerto Rico.









